Aragón sorprende gracias a la riqueza cultural que ha llegado hasta nuestros días. Recorre los municipios y conoce la historia de las principales juderías de Aragón, paseando y descubriendo sus calles, murallas y costumbres.

En concreto la civilización sefardí (Sefarad es el nombre que la comunidad judía daba a España) estuvo presente en Aragón desde el siglo III hasta su expulsión por los Reyes católicos en 1492. Este tiempo de existencia en Aragón ha deparado innumerables vestigios materiales y culturales que han calado en nuestra mentalidad, aunque sea de manera inconsciente, y además numerosas localidades aragonesas conservan sus juderías.

Tenemos interesantes aljamas judías que todavía conservan su entramado medieval, baños, sinagogas, oratorios etc. así como una riqueza gastronómica que todavía conservamos en nuestro recetario aragonés.

Si quieres sumergirte en el valioso legado patrimonial que la presencia hebrea dejó en territorio aragonés y en los usos y costumbres que regían su vida cotidiana te proponemos visitar sus 28 aljamas principales en tan sólo nueve días.

La SEO Principales juderías de Aragón

Primer día: Jaca, Huesca y Barbastro.

Iniciamos nuestra visita en la ciudad de Jaca, donde llegó a haber dos sinagogas, una en el barrio Alto y otra en el Bajo, donde se encontraban los baños. 

Nuestra próxima parada se encuentra en la capital de provincia homónima, en Huesca. Allí, encontramos la segunda judería más importante de Aragón, que actualmente es conocida como Barrio Nuevo.

Posteriormente, seguimos nuestro recorrido haciendo parada en Barbastro, ciudad en la que encontramos su judería ubicada en el interior de La Zuda, o fortaleza, de origen musulmán.

Segundo día: Monzón, Tamarite De Litera y Fraga

Empezamos nuestro segundo día en Monzón para visitar su aljama, que se ubicaba a los pies de su castillo templario.

Continuamos en Tamarite de Litera, donde se conservan muchos vestigios de sus sinagogas y casas. Las dos arterias esenciales las constituyen las actuales calles de San Benet y Bon Vei.

La siguiente parada es en Fraga. Allí, visitaremos la judería que se encontraba a los pies del Castillo en el barrio de la Collada.

Tercer día: Caspe, Alcañiz, Híjar y Huesa del Común.

Empezamos nuestro tercer día en la ciudad del Compromiso de Caspe para descubrir su entramado urbano, ubicado entre la calle Barrio Verde y la plaza de San Indalecio, junto con una tupida red de callizos.

Seguimos nuestra ruta visitando Alcañiz, lugar donde las investigaciones sobre la aljama se sitúan indistintamente en dos zonas del antiguo casco urbano de la ciudad: el barrio de San Jaime o Santiago y el del Arrabal o San Juan.

Nuestra siguiente parada obligatoria es, sin duda, Híjar, uno de los destinos más esperados. Su antigua sinagoga de San Antón está entre las 5 mejor conservadas de España y, además, preserva todos los elementos medievales. En la plaza homónima, de grandes dimensiones, se mantiene el granero del Diezmo y las calles de la Fuente, del Azaguán y Jesús, así como el arco de entrada.

Continuamos el trayecto hasta llegar a Huesa del Común, villa en la que la judería se encontraba integrada en la morería. Contaba con una sinagoga, donde se hallaba la popularmente conocida como “ventana del Rabí».

Cuarto día: Montalbán, Teruel y Albarracín

Iniciamos el cuarto día en el municipio turolense de Montalbán, donde se conservan muchas huellas genuinas del urbanismo judeoislámico. El concepto de fachada opta por la privacidad de unos callizos que confluyen con patios internos por donde se entra a las viviendas.

Nos trasladamos a la ciudad de Teruel para visitar sus torres mudéjares, que mantienen la estructura y el nombre del barrio de la judería. Están situadas junto a las antiguas murallas, y se articulan en torno a las actuales calles Ambeles, Judería, Valcaliente, Esteban, Horno, Caracol, Hartzenbusch, Aínsas y Comadre. Algunas de las cuales se cruzan en la actual plaza de la Judería.

Terminamos el día en Albarracín, uno de los pueblos más bonitos de España. También se puede pasear por sus estrechas calles de la vieja judería, ya que se extendía desde la última porción de la calle del Salvador hasta la Iglesia de Santa María. Asimismo, debió tenderse un muro de delimitación que también servía para la defensa de la ciudad.

Quinto día: Daroca, Calatayud y La Almunia de doña Godina

Empezamos el quinto día en Daroca, donde se consolidó una importante comunidad judía en el actual Barrio Nuevo, que se recuerda en la nomenclatura de sus calles. La concepción de la judería es de inspiración islámica.

Pasamos por Calatayud, donde estaba la segunda comunidad judía más importante de Aragón. Allí, el barrio judío se concentraba entre el Castillo de La Peña, el de Torremocha y el de Doña Martina, que hoy se corresponde con el barrio de la Consolación.

Seguimos recorriendo las aljamas visitando en esta ocasión La Almunia de doña Godina. La judería estaba flanqueada en todas partes por vías públicas que la delimitaban y sus viviendas estaban ocupadas por cristianos, de modo que la población hebrea accedía

mediante callizos y patios interiores sobre los que se articulaban las manzanas.

Sexto día: Zaragoza

La capital de Aragón presenta la principal aljama de la comunidad y muchas otras manifestaciones judías de gran riqueza. Resulta imprescindible la ruta para conocer el mundo judío a partir de sus sinagogas, puertas, callizos, baños, carnicerías así como el hospital o la cárcel. 

Además, también se puede disfrutar de la cultura judía en La Aljafería, el Patio de La Infanta o en La Seo, donde se han descubierto varias estrellas de David, símbolo histórico del pueblo judío, en el muro de la parroquieta.

Por otra parte, también destacan el castillo de la judería, las Casas del Talmud (escuela primaria, secundaria y madrasa), el mercado, la posada o los baños judíos.

Séptimo día: Magallón, Borja y Tarazona.

El séptimo día empieza en Magallón, con el propósito de conocer su barrio judío, ubicado en torno a la Iglesia de San Lorenzo, en el cerro que domina el caserío.

Nos trasladamos a Borja, donde la comunidad hebrea estaba en el barrio de El Cinto, protegido por una muralla que contaba con una puerta de acceso en el nexo de las calles Castillo y Portaza.

Continuamos en Tarazona, municipio que se caracteriza por el hermoso entramado urbanístico de la judería. Presenta estrechos pasadizos y misteriosos callejones, restos de la historia hebrea que el tiempo no ha conseguido borrar. Desde el año 2000 está incluida en la red de Juderías de España.

Octavo día: Tauste, Ejea de los Caballeros, Luna y El Frago.

En la Comarca de las Cinco Villas encontramos diferentes aljamas, entre las que destacan la judería de Tauste o la quinta aljama de Aragón, en Ejea de los Caballeros.También merecen mención las recientes viviendas que se han descubierto con callejones internos que permitían entrar a las casas por la calle Puyfranco y salir por la parte de atrás en Luna. 

Por último, en El Frago ha quedado reflejada la huella del judaísmo a partir de callejuelas, muros de algunas viviendas y ciertas lápidas funerarias.

Noveno y último día: Biel, Luesia, Uncastillo y Sos del Rey Católico.

El último día lo iniciamos en Biel, la segunda aljama de la comarca en la que se puede apreciar sus pequeñas ventanas encaladas. A escasos 15 km llegamos a Luesia, municipio que conserva en el Barrio Nuevo callizos y callejuelas. 

Continuamos con nuestra ruta descubriendo Uncastillo, que conserva intacta su judería, y terminamos en Sos del Rey Católico, en la tierra natal de Fernando el Católico, paseando por el barrio judío que actualmente se conoce como el Barrio Nuevo.

Esta ruta sefardí es sobre todo una experiencia emocional para indagar en la historia y conocer las raíces y muchas tradiciones familiares. Sirve para conocer el lugar de origen de muchos apellidos y una riqueza gastronómica que todavía conservamos en nuestro recetario.

En la web de turismo de Aragón destacan la importancia que cobran las ciudades que en su día fueron parte de la Corona de Aragón y cuyas juderías son visitables.