‘La Cava: tapas al plato’ abrió en octubre en la calle Cinco de Marzo con una clara apuesta por los productos de cercanía, una cocina muy cuidada y llena de pasión y tapas de gran calidad a un precio razonable.
El restaurante ‘La Cava: tapas al plato’ ya triunfa en Tárrega (Lérida) desde hace unos años. Su fama llegó a los oídos de Miguel Ángel Salinas, gerente del Grupo Canterbury, que tras acudir al local en persona y conocer a su dueño, Albert Marimón (cocinero del año 2013, según La Vanguardia) no tuvo ninguna duda: había que abrir un negocio igual en Zaragoza. La idea se hizo realidad el pasado mes de octubre, con un elenco compuesto por varios socios: el propio Albert Marimón, Miguel Ángel Salinas, Sebastián Balsas (encargado de sala), Daniel Villalba (cocinero) y Carlos Rodríguez (maître).
Todos tenían claro que La Cava triunfaría en la capital aragonesa, pero pocos imaginaban que lo haría con tanta rapidez. La cocina de Villalba, basada en productos locales de calidad, sus tapas cuidadas y llenas de pasión y su delicadeza con los pequeños detalles son algunos de los muchos argumentos de este establecimiento, que también coloca la atención al cliente como una de sus grandes prioridades.
Daniel Villalba, cocinero y socio de La Cava. En la imagen principal del la página, Miguel Ángel Salinas (izquierda), gerente del Grupo Canterbury, y Sebastián Balsas, socio de La Cava y encargado de sala.
“Huimos de los lujos innecesarios para centrarnos en ofrecer comida de calidad a un precio muy razonable. Nuestra filosofía es usar productos de proximidad, frescos y adquiridos en mercados locales o a pequeños agricultores. Así nos aseguramos que sean de la mayor calidad y podemos conocer de primera mano lo que compramos, visitando las explotaciones donde producen lo que luego cocinamos”, asegura Salinas, quien reconoce que “el 90% de los productos que usamos son de Aragón”. Las patatas, por ejemplo, son de la zona de Tarazona y el Moncayo; el aceite, del Abjo Aragón; el cochinillo, de Cedrillas (Teruel); la cerveza, cómo no, de La Zaragozana…
“Trabajamos una carta con productos atemporales más o menos fijos, y otros de temporada, por lo que se va cambiando en cada estación”, explica el gerente del Grupo Canterbury. Pero en La Cava no solo cuidan la comida, sino también la bebida. Por eso han colocado tres tanques a los que llega la cerveza directamente de la fábrica de Ámbar, a la antigua usanza, y se traslada a los grifos por unas tuberías que dan un aire genuino a la planta superior del establecimiento. En la de abajo hay un reservado para comidas de empresa, catas o presentaciones. “La Cava ha nacido con la vocación de ser un referente en Zaragoza y seguir creciendo”, asegura Salinas. De hecho, su idea es abrir tres locales en la capital aragonesa y ya se están planteando la posibilidad de crear franquicia.
Además de sus tapas, entre las que destacan la ‘Brava aragonesa’, una patata asada al horno con un sofrito de tomate y cebolla y alioli de membrillo, el ‘Cochinillo crujiente’ o el ‘Croquetón de rabo de ternera’, cuentan con un plato del día a mediodía, que consiste en dos picas (entrantes) y un segundo plato a elegir entre tres opciones (entre las que siempre hay un arroz del somontano), postres, vino o agua, por 9,90. Los fines de semana el precio es de 13,99, aunque con tres entrantes y más opciones para elegir tanto el segundo plato como el postre.
Trackbacks/Pingbacks