Paseamos por las calles de la Almozara para descubrir su historia y paramos en varios de sus bares más distintivos para conocer su tradición hostelera y cómo les ha afectado la pandemia. 

 

El barrio de La Almozara, compuesto por 30.033 habitantes, es un barrio residencial de la ciudad de Zaragoza que puede presumir de amplias zonas peatonales y de su tradición de bares. Delimitando con la ribera del Ebro, el barrio del AVE y el distrito del Casco Anti- guo, cuenta con una ubicación excelente. Paseamos por sus calles donde, cada pocos metros, podemos encontrar alguno de sus establecimientos hosteleros, unos con más trayectoria que otros, y lo hacemos de la mano de María Ángeles Ortiz, presidenta de la Junta Municipal La Almozara, quien nos cuenta que “si Zaragoza ha sido elegida como la segunda ciudad donde mejor se vive en España, La Almozara podría ser perfectamente uno de los barrios en los que mejor se vive en la ciudad”. Desde la Junta, lo que pretenden hacer a partir de ahora es conocer de cerca las preocupaciones y sensaciones de los hosteleros y “poner en valor la riqueza del barrio”, así como “de su pequeño comercio, bares, hostelería y restaurantes que, además, son de gran prestigio y calidad”. “Yo creo que el barrio lo que necesita es la reactivación económica, sobre todo, después de haberlo pasado tan mal en esta situación, y que se está prolongando, especialmente, para la hostelería en este momento”, explica María Ángeles.

En nuestro recorrido por la apodada durante el siglo XX como “La Química”, hacemos una parada en uno de sus locales de referencia: el Bar Cervino, un bar pequeño, pero con mucho renombre y variedad de tapas, raciones y bocadillos. De hecho, ha ganado numerosos premios durante diferentes ediciones del Concurso de Tapas de Zaragoza y su propietario, Juan José Navarro, ha obtenido hasta el título al almozareño del año en 2010. Desde que levantó su persiana en 1979, este establecimiento ha sido testigo directo de cómo ha ido cambiando el barrio, pero siempre ha sabido mantenerse a la altura: “El bar también ha cambiado mucho durante estos años. Ha cambiado el barrio, ha cambiado la gente y nosotros hemos ido evolucionando conforme a ello”, relata Juan José Navarro. Y así lo reflejan las paredes del local donde los más curiosos pueden ver fotografías y recortes de periódicos que dan fe de su trayectoria y constancia. La Almozara “es un sitio excelente” para tener un bar y “la prueba está en que llevamos 43 años y aquí seguimos luchando”, asegura. A pesar de todas las adversidades, Juan destaca la suerte de haber tenido siempre mucha clientela y muy variada. Y es que son muchas las personas que cruzan la ciudad de propio para visitar el Bar Cervino e, incluso, que vienen de fuera con una parada obligatoria en este establecimiento para degustar sus famosos montaditos de ternasco o sus más de 100 variedades de croquetas. De hecho, durante estos meses de incertidumbre, Juan destaca, sobre todo, “la compresión del público que ha respetado en todo momento todo lo que han decidido”.

Almozara barrio bares: Carbonera

Abandonamos la calle Ainzón para dirigirnos a la Avenida Pablo Gargallo, una de las arterias principales del barrio, donde, en una esquina muy privilegiada y con una amplia terraza, encontramos La Antigua Carbonera. Un bar de barrio donde se bebe bien y se come mejor. Oscar García, su propietario desde hace casi dos años, asegura que este local cuenta con la mejor ubicación del barrio. De hecho, está situado a pocos metros de uno de los tres colegios del barrio y de la antigua iglesia parroquial y, además, tiene cerca varios supermercados, así como el Mercado Puerta Sancho, el centro neurálgico del barrio, localizado en la calle Juan Bautista del Mazo. Óscar García asegura que “este barrio es un barrio en el que el consumo es alto y la gente gasta”.A la gente le gusta mucho el bar”, afirma. Sin embargo, la pandemia se ha dejado notar: “Yo creo que la hos- telería no va a volver a ser lo que era. La gente volverá a los bares, evidentemente, porque en este barrio hay mucho ambiente, pero si antes la gente se bebía seis, ahora se beberá tres. Y eso me tiene preocupado”, expresa con inquietud. De igual manera que Juan, del Bar Cervino, Óscar quiere “agradecer a todos los clientes que estos meses han estado viniendo día a día” y lanzarles un mensaje claro: “Nosotros vamos a salir ade- lante y saldremos más fuertes”. Ahora lo único que pide es que “le dejen ganarse la vida”. “Estos no son tiempos de ganar dinero”, sostiene, “pero que me dejen vivir, ganar un sueldo digno. A día de hoy, no puede ser que esté pagando el 100% de los impuestos y esté trabajando el 30%”.

 

“El consumo es alto, a la gente le gusta el bar”

 

El propietario actual de La Antigua Carbonera nos cuenta cómo percibe el barrio: “Lo veo muy diferenciado en dos partes”. Dos ambientes que dividen a La Almozara a través de un muro imaginario que cruza por la avenida Puerta de Sancho y que separa las edificaciones antiguas y las más recientes del barrio. En la parte este – la más antigua- encontraríamos el Bar Cervino y La Antigua Carbonera y, en la Oeste – desarrollada a partir de los años 80 – nuestra tercera parada de esta ruta: la Tapería Casa Gómez. Un restaurante que se caracteriza por la comida casera, los menús de fin de semana, el arroz con bogavante o el chuletón a la piedra, pero también por sus tapas especiales que ya han ganado más de un premio. Por ejemplo, en 2019 consiguieron el primer premio a la mejor croqueta de Zaragoza y, en 2018, el segundo premio a la mejor tapa, entre otros galardones que tienen colgados en la pared detrás de la barra. Hablamos con Óscar Gómez, su propietario desde hace 7 años: “La verdad es que nos fue muy bien los primeros años, hasta este año que lo estamos pasando mal”. Óscar nos comenta cómo han cambiado los hábitos hosteleros: “Ahora la gente tiene mucho miedo de venir a comer”, especialmente porque cuenta con una clientela mayor que es la que más se ha quedado en casa durante estos meses. “Es verdad que desde el comienzo de la vacunación se está viendo más gente que entra a los bares”, apunta, lo que les da un haz de luz para seguir en pie. Aunque, reconoce, “ahora estamos sin perspectivas de futuro porque no sabemos qué va a pasar. Estamos poniendo dinero para guardar nuestra plaza porque nos sabe malo cerrar. Estamos práctica- mente poniendo dinero o ganando 500 euros al mes”. Tres bares diferentes a lo largo de La Almozara, con trayectorias diferentes, pero con un mismo deseo: que todo vuelva a la normalidad y que los bares del barrio vuelvan a ser testigo de celebraciones, besos y abrazos. “Es lo único que podemos pedir”, expresa Juan José Navarro.

 

“Que todo vuelva a la normalidad, es lo único que podemos pedir”

 

Terminamos nuestro paseo por las calles de este distrito zaragozano descubriendo la Milla Digital, otro de los atractivos turísticos y empresariales del barrio, comprobando así el potencial del que nos hablaba María Ángeles Ortiz, presidenta de la Junta Municipal La Almozara. De hecho, en esta zona, por donde hasta hace unos 30 años todavía pasaban las vías del tren de la antigua estación, ya se ha anunciado que se estrenará durante el verano de 2024 un Centro Deportivo con varias piscinas municipales, una de las más históricas reivindicaciones de los vecinos de este barrio zaragozano.