José María Marteles, presidente de Cafés y Bares, hace balance de los dos años de trabajo de la nueva junta de la Asociación, y pone en valor los logros alcanzados y la apuesta por la formación en el sector de la hostelería.
Se cumplen dos años de trabajo de la actual junta directiva. ¿Qué balance haces de este periodo?
Han sido dos años intensos, de duro trabajo. Dentro de las líneas básicas de actuación planteadas cuando tomamos posesión, ya hemos abordado la adecuación de la sede social para la instalación de las nuevas oficinas – que llevan un año y siete meses operativas en la calle Sanclemente – y hemos puesto en funcionamiento el Centro de Formación, que está en fase de desarrollo y consolidación; hemos creado nuevos canales de comunicación directa con el asociado, apostando decididamente por la presencia en redes; hemos creado un Departamento comercial para que una persona pueda atender personalmente a los socios en sus respectivos establecimientos; y hemos intensificado los canales de comunicación con las Administraciones Públicas y los representantes políticos.
También se han conseguido importantes modificaciones en la regulación del sector.
Desde el punto de vista de la defensa de los intereses sectoriales, creo que es importante destacar: La consecución de la modificación del redactado de la Orden SAN/994/2019, de 25 de julio, por la que se modifica la Orden de 13 de octubre de 2009, de la Consejería del Departamento de Salud y Consumo que regula cuestiones relativas a las condiciones sanitarias en los establecimientos y actividades de comida preparada; la paralización temporal – en este caso, trabajando conjuntamente con otras organizaciones hosteleras – de la tramitación del Proyecto de Ordenanza contra la Contaminación Acústica de Zaragoza, muy regresiva para el sector; y la modificación del Decreto 81/1999, de 8 de junio, del Gobierno de Aragón, por el que se establece la regulación turística de los bares, que comenzaremos a trabajar conjuntamente con la Dirección General de Turismo este año.
¿Qué está aportando la nueva sede?
Posicionamiento, visibilidad y estabilidad. Es una zona céntrica, accesible a pie, a través de los diferentes medios de transporte público y con zonas de aparcamiento. Además, es la primera sede en propiedad, y por tanto, probablemente definitiva.
Otro de los grandes proyectos es el Centro de Formación de la Asociación. ¿Cómo ha sido su arranque y qué puede aportar al sector?
El comienzo ha sido bueno, aunque como todo proyecto de nueva creación todavía está en una fase embrionaria y es necesario realizar ajustes. Hemos impartido varios curso en formato privado y un total de 40 cursos en modalidad de formación subvencionada, a través del INAEM, dirigidos prioritariamente a trabajadores del sector. Este año queremos reformular nuestra oferta, configurando un plan formativo innovador y lo más adaptado posible a las necesidades reales de las empresas, apostando por la impartición de cursos de contenido transversal y cursos personalizados para los diferentes modelos de empresas. Contamos con un claustro de profesores de reconocido prestigio y gran vocación. Queremos concienciar a la gente de las bondades y la necesidad de invertir en formación, y de la repercusión que ello puede tener tanto en su búsqueda de empleo como en su promoción profesional. Además, queremos facilitar la conexión entre aquellos que se formen con nosotros y las empresas del sector.
¿Es igual de importante la formación en el servicio de la sala o barra?
Absolutamente. La cocina goza de mayor prestigio, pero la formación de los profesionales de sala y barra es fundamental. Son los encargados de recepcionar y tratar directamente con el cliente durante su estancia en el establecimiento; en definitiva, de fidelizarlo. Además, deben disponer y trabajar cualidades personales tales como la comunicación, la atención al público, etc.
¿Cómo están las relaciones de la Asociación con las diferentes administraciones? ¿Son conscientes de la importancia de la hostelería para la economía y el turismo?
La relación es buena. Colaboramos estrechamente con el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Ayuntamiento de Calatayud, donde tenemos una subsede. Todos ellos están convencidos de la importancia del turismo como sector estratégico, dinámico y competitivo, y dentro del mismo de la hostelería. La colaboración público – privada de los últimos años está resultando sumamente satisfactoria, y así lo demuestran las cifras.
También hay que concienciar a las hosteleros del trabajo de las asociaciones…
Sin duda. El sector hostelero dispone de un gran potencial. Según los últimos datos de evolución de trabajadores afiliados a la Seguridad Social del mes de noviembre de 2019, en el mismo se emplean 39.130 personas en Aragón (26.909 en Zaragoza) y re- presenta en torno al 9% del sustrato empresarial de nuestra comunidad. Sin embargo, está sumamente atomizado, como evidencia la existencia de más de 16.000 empresas a nivel regional. De ahí la necesidad de integrarse en asociaciones como la nuestra, que además de aportar una cobertura integral en materia de servicios se encargan de defender los derechos colectivos.
Hace unos meses se celebró la XXV edición del Concurso de Tapas de Zaragoza, un evento con el que se sigue potenciando la gastronomía de la provincia como referente a nivel nacional. ¿Estamos en el buen camino?
Estoy convencido. Ya lo he transmitido en diferentes foros a los responsables políticos y lo reitero una vez más. Creo que es necesaria la implicación de todos ellos para posicionar a Zaragoza como referente nacional en la cultura del tapeo. Somos el Concurso Oficial de Tapas más antiguo de España, los organizadores del I Concurso Nacional de Tapas, y disponemos de grandes profesionales. Nuestro pasado y nuestro presente nos avala. Demos a conocer la gran calidad y variedad de nuestros productos y la hospitalidad y el buen hacer de nuestros profesionales.