Kike Júlvez, miembro de la junta directiva de Cafés y Bares, analiza los objetivos de la Asociación y el papel del nuevo centro de formación, que comenzará a funcionar durante los próximos meses.

¿Cómo han sido los primeros meses de la nueva junta de cafés y bares?

Han sido muy ajetreados. En primer lugar, porque es una sociedad muy activa. Ya había estado en otras asociaciones y la verdad que Cafés y Bares está metida en muchas actividades, principalmente porque ofrece muchos servicios y muy buenos a los asociados. Mantener eso, aunque haya personal cualificado que lleva mucho tiempo en la asociación, exige un gran trabajo.

 

Cafés y Bares es una entidad que cuenta con más de 800 asociados. ¿Es complicado representar a todos?

Son empresas que dependen mucho de las administraciones, sobre todo a nivel urbanístico, de leyes, de normativas locales y autonómicas… Estar encima de todo eso para defender los intereses generales nos obliga a estar atentos y conocer muy bien qué es lo que ocurre en cada momento. Aunque, por supuesto, la asociación también da servicios individuales a sus asociados.

 

¿Por qué es tan importante la Asociación de Cafés y Bares para el sector hostelero?

Lo más interesante de esta asociación es que su esfuerzo, tanto de la Junta como de los trabajadores, está enfocado al servicio de los intereses de los asociados. Es más, posiblemente una de las partes que necesitamos mejorar es la de comunicación exterior, que la gente conozca lo que hacemos. Es una asociación que no ha dependido nunca de la administración para subsistir, que se financia con las aportaciones de los asociados y con los servicios que ofrece y eso le otorga una independencia estupenda para defender los intereses de sus establecimientos.

 

¿Cuáles son el resto de objetivos con los que habéis empezado esta legislatura?

Al margen de mantener y mejorar los servicios que ofrece al asociado, esta Junta ha encontrado un déficit en cuanto a la comunicación, también con el propio asociado. La comunicación interna hay que mejorarla, que el asociado sepa qué servicios ofrece la asociación y por qué intereses está velando. La asociación tiene un proyecto estrella, el del Concurso de Tapas, que funciona muy bien. La gente en la ciudad sale a la calle simplemente para vivir el concurso y es un éxito año tras año. Sin embargo, a lo largo del año se pueden emprender muchas más acciones y actividades relacionadas con el negocio de los bares que pueden beneficiar mucho a los hosteleros, especialmente al perfil de asociados al que representa esta organización. Ahora es la Asociación de Cafés y de Bares de Zaragoza y Provincia, pero están representados muchísimos restaurantes que a lo mejor en otros tiempos pertenecían a otras asociaciones, pero que ahora ven sus intereses muy bien representados en esta entidad.

 

Otro objetivo importante es el cambio de sede que lleva incluido un nuevo centro de formación

Me parece un proyectazo. Lo puso en marcha la anterior Junta y la nuestra ha realizado las obras. Ahora lo más difícil es dotarle de contenido y poner en marcha la escuela para cubrir una necesidad muy importante: encontrar gente bien formada para la hostelería.

 

¿Es importante la formación también en el servicio de sala o barra?

Muchos hosteleros estamos convencidos de que nuestros negocios dependen más del servicio de sala, de los camareros, ya sean de barra o de comedor, que de la cocina. Un buen servicio, atento, amable, simpático, puede convertir una comida normal en una muy agradable. En cambio, un mal servicio te puede estropear lo que puede ser la mejor comida que te has encontrado en una mesa. En estos últimos años la gente se ha formado mucho y se ha puesto en valor el trabajo del cocinero, pero no ha ocurrido lo mismo con los camareros. La formación ayuda a poner en valor la profesión. Hoy en día la hostelería se está profesionalizando, en el trabajo de camarero el techo no es estar detrás de una barra poniendo cafés o sacando platos de una cocina para servirlos en una mesa. Muchos negocios de hostelería ya empiezan a parecerse más a empresas que necesitan mandos intermedios, y qué mejor que sean cubiertos por gente que se ha estado formando desde abajo. Hoy en día, como el cliente demanda que la comida sepa siempre igual, que no tarde, que todo esté servido a su tiempo y forma, la hostelería requiere de una profesionalización total.

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