Un bar-restaurante a orillas del Canal Imperial de Aragón.

Con 15 años de historia, El Malecón de Triana ya se ha convertido en uno de los nombres propios de la hostelería de Pedrola. Un proyecto que Manuel y su hermano iniciaron allá por el 2008 como una auténtica aventura, por encima de un conocimiento especial o una experiencia previa en el sector.

Los inicios no fueron sencillos, inmersos en una grave crisis económica que afectó enormemente al país tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Un hecho que marcaría la historia de El Malecón de Triana, que ha tenido que afrontar a lo largo de su trayectoria múltiples altibajos y momentos de dificultad. Sin embargo, su pasión, esfuerzo y valor en el servicio se impusieron por encima de todas las complejas circunstancias, consolidando su bar-restaurante hasta el día de hoy tras “una labor de mucho mérito” que reconocen sus dueños.

Su nombre, El Malecón de Triana, contiene un alto componente histórico, que vincula al municipio zaragozano de Pedrola con otras áreas de la geografía española. De este modo, el bar-restaurante pedrolero hace referencia a un muro cercano al local, y que se encuentra ubicado en el antiguo barrio de los andaluces. El Malecón de Triana no presenta estrechas relaciones con Cuba y el Caribe, sino con Andalucía, como referencia a la inmigración que vivió la zona en las décadas de los años 40 y 50 en época de posguerra.

El Malecón de Triana se caracteriza por su amplia oferta gastronómica, con “una barra de tapas que nada tiene que envidiar a las que se ven en San Sebastián”, y sus precios económicos. Así, en el bar-restaurante de Pedrola se puede disfrutar de un completo menú con tapas, raciones y platos combinados. Los clientes del negocio pueden consumir, de este modo, una comida casera de calidad y muy variada, que potencia todavía más su sabor gracias a la cercana y cariñosa atención de sus camareras y a la labor de una cuidada cocina.

En cuanto a su actividad, el servicio de El Malecón de Triana se mantiene constante durante toda la semana, con especial atención al sábado, como día más especial dentro de la rutina habitual. En este sentido, los pedroleros pueden comenzar su particular fin de semana con un almuerzo de categoría, más especial que de normal, donde se pueden degustar grandes platos como callos, rabo de toro o manitas de cerdo.

Asimismo, los dueños de El Malecón de Triana reciben la llegada del verano totalmente preparados para la recepción del mayor trasiego de personas que traen consigo estas fechas señaladas. Los meses de julio y agosto son tiempo de desconexión y diversión, y son muchos los que apuestan por regresar a sus respectivos pueblos para pasar unas buenas vacaciones. Ante ello, El Malecón de Triana se erige como un espacio de reunión de los diferentes vecinos del municipio, donde el secreto está en “tratar a todo el mundo por igual”, como nos comentan desde el bar-restaurante.

El Malecón de Triana supone, así, una gran opción donde almorzar y tomar algo a orillas del Canal Imperial de Aragón, de camino a Zaragoza, con una oferta gastronómica amplia y de calidad a un precio económico y con un trato acogedor y servicial. Un bar-restaurante donde sentirse como en casa.

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