ESTE BAR CON MÁS DE 35 AÑOS DE HISTORIA, ES YA TODO UN CLÁSICO DE LA ZONA UNIVERSITARIA DE ZARAGOZA.

 

En la zona universitaria de Zaragoza -también denominada La City- hay muchos bares y restaurantes que ofrecen propuestas para todos los gustos: unos más visitados por jóvenes estudiantes y, otros, por vecinos, profesores de la universidad o habituales de la zona, como es el caso del Bar Harvard, situado en la calle Andrés Giménez Soler, 7.

Con una decoración a la vieja usanza y mientras sirven otra copa de vino a uno de sus clientes fijos desde hace 23 años, nos reciben en este bar con mucha historia, Pedro Antonio Gimeno y Ana Ferrer, sus actuales propietarios. Aunque también cuentan, desde hace 19 años, con Marisol Moronta, “que más que una empleada es parte de la familia”, asegura Pedro Antonio.

El Bar Harvard abrió sus puertas hace más de 30 años y “si comparamos la situación desde que lo cogimos nosotros hace 23 años a ahora, no se parece en nada”. La clave, para seguir al pie del cañón, sentencia Pedro Antonio, son sus clientes fijos. Desde algunos que con 93 años van religiosamente a diario para leer el periódico mientras se toman el vermú hasta alguna cuadrilla que se reúne en este establecimiento cada miércoles y no pueden irse sin beberse un ron-cola.

 

Aunque también intentan adaptarse a los tiempos que corren: “Cuando cogimos el bar, estaba más enfocado a la tarde-noche, se vendían más copas, pero nosotros intentamos abrir también temprano para trabajar el desayuno y los vermuts”. En su barra podemos encontrar tapas, fritos, ensaladillas, vinagrillos, croquetas… Pero, sin duda, lo que más triunfa son sus pinchos de tortilla. Aunque no podemos dejar de mencionar sus torrijas, que ocupan siempre un lugar en la vitrina aunque no sea Semana Santa.

Y si hablamos de lo que lo diferencia de los bares que vemos a través del cristal al otro lado de la acera, Pedro Antonio destaca que el Bar Harvard es un bar “más para estar, más tranquilo, donde puedes estar a gusto y bien”. De hecho, algunos lo definen en las reseñas online como un bar “de los que ya no quedan”. Y si le preguntamos a Pedro Antonio el motivo de esta definición, explica que se trata de un local actualizado, pero clásico. Durante sus años de apertura, han tratado de seguir una misma trayectoria: “Intentamos dar un buen servicio, ponemos las cañas fresquitas y las tapas recién hechas e intentamos hacerlo todo como mejor sabemos hacerlo: con cariño”.

Sin embargo, hay algo que se le resiste a este establecimiento y es el salto al mundo digital: “Somos conscientes de que las redes sociales son importantes y que el mundo va hacia eso, pero también está el trato personal, el ‘tú a tú’”. Y de eso saben mucho Pedro Antonio Gimeno y Ana Ferrer, quienes, según ella, “son un equipo”.

 

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