La taberna cumple 40 años en la plaza Santa Marta con su bocado más popular, el famoso Guardia Civil, como buque insignia.
Hace ya 40 años nació un ejemplar único de lince. Vive en la plaza de Santa Marta desde 1976, cuando Vicente Mañas abrió las puertas de una taberna que ya se ha convertido en un clásico de la hostelería zaragozana.
El Lince, llamado así por la afición a este animal de su fundador, fue uno de los pioneros de esta plaza, que en la actualidad es una zona de referencia para los amantes del tapeo, sobre todo cuando, entre primavera y otoño, los bares y restaurantes que la llenan despliegan sus terrazas.
Pero si por algo se ha hecho famoso El Lince es por su montadito de Guardia Civil (sardinas rancias maduradas en salazón muy típicas de la gastronomía aragonesa llamadas así porque adquieren un color amarillento parecido al de los correajes de gala de la Benemérita) conocido como ‘El famoso lince’, que combina este producto con tomate, pimiento y pepinillo.
Este bocado, que también tiene su versión picante, no solo ha colocado a El Lince en el mapa del tapeo de Zaragoza, sino que es una de las tapas más vendidas y famosas de la ciudad y son muchos los que acuden a este establecimiento solo para probarlo.
Sin embargo, en El Lince no todo son guardias civiles. Esta taberna también ofrece multitud de tapas y raciones frías, como montaditos de embutidos ibéricos, quesos, ahumados o escabeches, tostadas y bocadillos, así como raciones de embutidos, salazones, patés y quesos.
Pese a sus 40 años de vida, El Lince mantiene su espíritu de antaño y sigue apostando por el mismo concepto con el que nació, muy centrado en el producto, y ya con la segunda generación de la saga de hosteleros, Sergio Mañas, al frente del negocio.
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