El tesorero de la Junta Directiva de la asociación de Cafés y Bares, Gregorio Ballestín, nos habla de la importancia de la formación en la hostelería, cómo afrontan el reto del Centro de Formación y su perspectiva de futuro.

¿Cómo ha sido este periodo desde que se formó la nueva junta de Cafés y bares?

Por primera vez en muchos años, se celebraron elecciones y ha entrado gente nueva con otra energía, otra visión y muchas ganas de trabajar. Es importante renovarse. El presidente, José María Marteles, y yo nos hemos mantenido porque estábamos inmersos en el proyecto de la Escuela de Formación, que es una gran necesidad. Empezamos a trabajar en él con la antigua junta y ahora ha sido una continuación de los planes que ya teníamos. Algunos de los nuevos miembros de la junta, ya habían estado en la Asociación hace años, como Jesús Laboreo, así que ya tenían experiencia. Tenemos muchos tipos de asociados, desde restaurantes pequeños a bares de noche, de tapas o cafeterías. Lo bueno de esta junta es que hay gente muy variada que nos puede ayudar a comprender mejor todos los tipos de hosteleros.

Algunos de los retos a los que se enfrentaba la nueva junta eran el cambio de sede y el Centro de Formación.

El cambio de sede ya es una realidad. En cuanto al centro de formación, es un proyecto de bastante dificultad que está haciendo necesario un gran esfuerzo por parte de la Asociación. Está llevando mucho trabajo, desde la contratación de la directora del centro, los cursos, etc. Lleva su tiempo poner los proyectos en marcha.

¿Cómo han sido estos primeros meses de vida del Centro?

El centro de formación era una necesidad. Una de las cosas que pensamos es que se pudiera formar tanto a gente joven como a los que ya están ejerciendo. La hostelería está cambiando mucho, y la idea no solo es formar a alumnos para cubrir las necesidades que hay en la hostelería, sino a los propios hosteleros, que en muchas ocasiones no han sido formados en la gestión de un negocio, marketing o redes sociales. Una de las asignaturas pendientes en la hostelería es la gestión. Hay tener unas previsiones y saber lo que realmente estás ganando y cuál es el estado del negocio para si existe algún fallo, poder corregirlo.

En la hostelería se da un caso curioso en el que el que está detrás de la barra o en la cocina, es también empresario. ¿Cómo afecta a la gestión del negocio?

El hostelero no debe pensar como un trabajador más, sino como un empresario. Tiene que conocer el estado de las cuentas, las soluciones a los problemas, saber innovar, saber lo que se está llevando y estar un poco a la vanguardia, si no el negocio se muere. Para un empresario normal no es posible competir en precio, por lo que tiene que competir ofreciendo cosas diferentes.

A raíz de los cambios sociales, ¿los clientes piden cada vez más?

Desde luego, y desde la Asociación tenemos que concienciar a la gente de ello. Por eso, a nivel de Asociación hemos renovado nuestra imagen corporativa y cambiado el logo para dar ejemplo a los asociados.

El concurso de tapas ha supuesto una evolución de las tapas

No cabe duda, el Concurso de Tapas fue un revulsivo para toda la hostelería, aunque hay gente que todavía no cree mucho en él. Igual hay que ir mejorando y cambiando formatos para intentar integrar a todo el mundo, pero como concepto está claro que, para muchos bares, ha sido el punto de salida de una revolución en su propio negocio. Sin duda hay que mejorar muchas cosas, pero todos los años se van introduciendo cambios.

Es importante llevar a cabo iniciativas como esta, que hacen de Zaragoza una ciudad de tapas y gastronomía

Fundamental, pero creo que para que los asociados se den cuenta de que hay que apuntarse a hacer cosas y tener energía, la Asociación debe tener una función de concienciación. Hay que intentar que la gente tenga una visión diferente y para eso creo que tenemos que desarrollar una función importante de formación, no solamente con los cursos subvencionados, sino para intentar cambiar un poco la mentalidad y hacer ver que para todo existen muchas herramientas.

¿Cuáles son las perspectivas de futuro para la Asociación?

Uno de los objetivos que nos planteamos es subir la masa de asociados. Con una cuota muy baja, tienes una asesoría, puedes hacer cursos y tienes una sede en el centro muy accesible, nueva y moderna. Sobre todo, queremos concienciar a los hosteleros de que si un establecimiento no funciona siempre hay soluciones y cosas nuevas para hacer en hostelería.

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