Este establecimiento, uno de los más conocidos de Zaragoza, ofrece sus bocadillos de calamares con su salsa secreta desde hace casi 50 años.

 

El Calamar Bravo forma parte de la sociedad zaragozana, es parte de la ruta turística de la capital aragonesa y un lugar de referencia para las miles de personas que han probado sus bocadillos de calamares durante los últimos 48 años. Su salsa es uno de los mayores secretos de la gastronomía aragonesa, un misterio casi tan grande como la fórmula de la Coca Cola, y una de las bases sobre las que se ha sustentado el éxito de este establecimiento, que abrió sus puertas en 1967 en la calle de Moneva, donde muchos zaragozanos lo conocieron.

El ideólogo fue Ramón Berna, y poco después pasó a manos de su hija y su yerno, Joaquín Navarro, mientras que en 2004 heredó el negocio la tercera generación, encarnada en el nieto del fundador, también llamado Joaquín Navarro. Hace ya seis años, en 2009, trasladaron el establecimiento a la calle Cinco de Marzo. “Desde que tenía uso de razón lo había conocido en su antigua ubicación, así que fue una decisión complicada, pero creo que acertada. Cuando yo era pequeño el Calamar Bravo ya era una institución en Zaragoza”, asegura el actual responsable, Joaquín Navarro, quien cree que el negocio ha mantenido su esencia: “Se trabaja mucho para llevar, aunque en este nuevo local ya hemos puesto mesas para que la gente también se pueda quedar a comer aquí”.

 

 

La salsa, creada por sus padres, es un secreto de familia que se ha mantenido hasta la actualidad. Normalmente adereza los calamares, su gran especialidad, pero también otras raciones, como las patatas, acompañamiento ideal de un buen bocadillo. “La salsa es un secreto de familia, algo que nos hace diferentes y únicos”, asegura Navarro, quien reconoce que todo lo que sabe de este negocio lo aprendió de su padre, responsable del Calamar Bravo durante varias décadas: “Mi padre estaba enamorado del negocio, igual que yo. Estudié historia, pero siempre venía a ayudar y me acabé enganchando, así que decidí quedarme”. Él fue, precisamente, quien le dio los consejos que le están ayudando a mantener su éxito: “Buscar el mejor producto, cuidar al cliente y mantener nuestra salsa”.

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