El Bar Erzo celebra este año su 60 aniversario manteniendo su apuesta por las tapas, una especialidad en la que comenzaron a innovar hace tres décadas. Por aquel entonces, una barra con tal surtido era poco menos que un espectáculo.


 

 

El bar Erzo, uno de los pioneros de las tapas en Zaragoza, cumple este año seis décadas de vida con la satisfacción de haber formado parte de la vida de miles de personas, la ilusión de seguir sorprendiendo con sus propuestas y el reto de reinventarse cada día para adaptarse a los nuevos tiempos, algo que llevan haciendo desde 1956. Fue en ese año cuando el Erzo, cuyo nombre procede de las primeras sílabas del nombre y apellido de su propietario, Ernesto Zorrilla, abrió sus puertas en la calle de los Sitios, hoy en día llamada Amar y Borbón, muy cerca de su actual ubicación, en la calle de Santa Catalina. “El bar lo fundó mi padre, y ahora ya vamos por la tercera generación, representada por mi hijo Sergio. El Erzo es parte de nuestras vidas”, asegura Ernesto.

Con el cambio de ubicación, la comida tradicional y las raciones dejaron paso a las tapas, que en los años 70 convirtieron al Erzo en uno de los pioneros en esta modalidad gastronómica. “Empezamos a ofrecer un mostrador vistoso y arriesgado que en aquella época no era nada común y sorprendía a los clientes. Venían hasta otros profesionales de la hostelería a conocer nuestra propuesta”, recuerda el propietario del establecimiento.

 

 

En la actualidad, el Erzo mantiene su historia y solera y conserva el aroma especial que dejan la excelente comida y los buenos ratos pasados por su clientela. También su apuesta por una barra variada, ya que ofrece alrededor de medio centenar de tapas diferentes. “Intentamos no perder la esencia, pero sí nos modernizamos de forma constante”, explica Ernesto Zorrilla, quien descubre el secreto de su negocio, una premisa simple pero que solo los mejores logran llevar a cabo con éxito: “Nuestra filosofía es ofrecer calidad a un buen precio y un servicio agradable”.

Esta apuesta por el producto y la variedad continua, y cualquier día es posible probar decenas de tapas, fritos y montaditos -otra de sus especialidades- diferentes, así como tablas de quesos o embutidos. Entre sus recetas más conocidas están el montado de Jamón de Teruel, la tostada de pasta de roquefort con jamón o los variados de montaditos, por los que mucha gente peregrina hasta el Erzo.

 

Lunes: cerrado. Martes, miércoles, jueves: de 11.00 a 16.00 y de 19.00 a 23.00. Viernes y sábado: de 11.00 a 16.00 y de 19.00 a 0.30. Domingo: de 11.00 a 16.00 y de 19.00 a 23.00.

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